Por Juan Tomás Valenzuela
Del estanque de delfines
que tiene el jefe de Estado,
ya van dos envenenados
y eso es casi un récord Guinness.
Antes de que esto termine,
del cardumen de Medina,
no quedará en la piscina
ni siquiera un bacaláo,
con un león dáo al pecáo
y tó el mundo en calambrina.
Ya se le “ajogó” el primero
de los 9 candidatos
a este ungido pelagato
por lo sucio del criadero.
Alegando que el dinero
que facilita el Estado,
ya lo tienen destinado
al ejemplar preferido
de todos los elegidos,
el que se llama Gonzalo.
Uno que por la cabeza
le llaman el peje globo,
viendo que no va de robo,
está por salirse de esa.
Podría ser una sorpresa
de este peje cabezón,
pero con la situación
qué hay dentro de la piscina,
podría dejar a Medina
e irse al charco del león.
Aunque Reinaldo no suma
más que burlas y desprecio,
Leonel, vería con aprecio
que en medio de tanta bruma,
el poquitito de espuma
que generaría Reinaldo,
podría usarla de resguardo
si ve la necesidad,
de que el ladrón de Bagdad
quiera comprarle al bastardo.
En el charco del patrón
también hay un gusarapo,
que queriendo privá en guapo
quiere enfrentarse al león.
Lo que busca este bufón
dándole el frente a Leonel,
es que se conduelan de él
las tilapias del estanque,
pá cuando esto se atrabanque
ver que puede recoger.
Juan de los Palotes
1 septiembre 2019